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lunes, 11 de octubre de 2010

¡Porque Popeye el Marino soy!



En el buen afán y procuración por alimentarnos sanamente desde pequeños nuestras madres y abuelas hacían hasta lo inimaginable para incluir los vegetales en nuestra dieta, las versiones por esconder el brócoli, las espinacas, las calabacitas y todas aquellas verduras que de pequeños nomas no nos pasan , eran muy creativas, y me imagino que hoy día tiene que ser así, pues la cuestión en la dieta del mexicano es tema de asombro mundial, ya que estamos a la cabeza de la lista del país con más personas obesas en el mundo.
Mi madre y abuelas grandes protagonistas de mis columnas, siempre hicieron una labor impecable para que los más pequeños de la familia tuviéramos gusto por las cosas verdes, tradúzcase vegetales, mi madre por su parte en cada comida incluía una ensalada verde, la cual aderezaba con sal y limón, lechugas, rábanos, apio, pápalo, espinacas, pepinos, col, zanahorias, cada día un vegetal diferente que se encontraba al centro de la mesa y era de los platos más peleados. He llegado a tener la fuerte creencia que en una de mis vidas pasadas fui conejo a alguno de estos animales herbívoros ya que el gusto por los vegetales y cosas que vengan de la tierra va más allá. Mi abuela por su parte preparaba en esos domingos o días de festejos una sopa que llamaba “La sopa especial”, un sopa espesa, espesa de color verde nada apetecible, pero no crea que un verde vida, noooooo, el verde de esa “sopa especial” era terrible, en verdad que resultaba nada grato asistir a casa de mi abuela en esas fechas, pues sabíamos que “su sopa especial” no faltaría.
 Después de algunos años no me quedo de otra que acostumbrarme a tan repetitivo platillo, y mi gusto y curiosidad por la cocina me hizo una tarde descubrir los misteriosos secretos que envolvían esa sopa. Resulto ser una sopa de verduras, en una base de caldo de pollo licuada. Tengo que confesar que hoy día la extraño de especial manera. Otro de los factores que ayudaba de una manera muy positiva a las mamas de poco tiempo atrás, poco nomas, no vaya a creer que estoy tan “vividito” eh!! Era en particular una caricatura: Popeye el Marino, huy recuerdo perfectamente esta serie animada en donde un marinero con tatuajes singulares en los brazos, tomaba su fuerza y sus súper dotes de una lata de espinacas que abría de un solo apretón e ingería de un solo bocado, Popeye el marino adquiría una fuerza colosal de esta manera  y sus brazos y músculos en general se nutrían tanto que uno como niño creía este efecto inmediato de las espinacas.
Fue así como con la ayuda de Popeye el marino y conjuntamente con su creatividad en la cocina como mi madre pudo hacer que mi desarrollo y nutrición se vieran enriquecida y nutrida por la maravilla de los vegetales y todo esto ¡Por que Popeyeeee el marinoooo soooy! Tan tan. No olviden las sabias palabras de Virginia Woolf “No se puede pensar bien, amar bien, dormir bien si no se ha comido bien” ,así que ……..A comer bien! Escríbenos dechilemoleyguacamole@hotmail.com

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