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lunes, 29 de noviembre de 2010

Tortillas machacadas con mantequilla



POR: TOÑO MACHORRO
Dos de la tarde en punto y eh llegado a casa de mi abuela. Me encanta su casa pues tiene techos extremadamente altos y la casa es muy grande, cruzo la antesala, la sala y el comedor para llegar hasta donde se encuentra la cocina, Mi abuela ataviada con un mandil siempre diferente me da la bienvenida con un fuerte abrazo y me dice que siente a la mesa. La cocina es gigante, al centro de esta se encuentra un antecomedor con una mesa muy bonita de mármol, -mesa que mi abuelo mando a hacer especialmente-, en la mesa ya está sentado mi abuelo botaneando con un queso fresco con mucho limón y chile serrano rebanado, mi abuela se encuentra echando tortillas a mano
-Hijo, pásame la mantequilla que esta en refri.
 Agarra tres tortillas recién hechas y con un trozo abundante de manquilla las comienza a machacar hasta formar una especie de maza.
Acerca esta preparación  a la mesa y me dice:
-Pruébalo, ándale agarra con la mano…
 No sin antes agregarle un toque de sal. Este es un recuerdo que tengo perfectamente grabado en la mente de las exquisitas preparaciones que mi abuela hacia cada día para comer. Y es así como me gustaría resaltar la marca tan significativa que dejan en nosotros los platillos que con mucha dedicación y amor en determinado momento se han puesto enfrente de nosotros. Hace poco escuchaba en una entrevista que le hacían a Mónica Patiño, una de las chef contemporáneas más influyentes hoy día, y mencionaba que estamos perdiendo nuestra identidad, que estamos perdiendo aquella alimentación que nuestros ancestros nos heredaron, que hoy día, comer tortillas resulta ser naco, que hoy en día, no hay tiempo para preparar frijoles o un guisado. Y esto es muy cierto, hoy vemos los estantes de los supermercados llenos de comida lista solo para calentarse, condimentos que solo basta con abrirlos para hacer que los guisados y preparaciones tengan sabores agradables; pero más allá de lo práctico del asunto,  ¿Dónde queda el amor y dedicación? ¿Dónde queda esa alimentación que nos hace ser la raza que somos?, que nos hace tener este humor, que nos hace ser felices y en determinado momento hacer una pausa en este mundo globalizado para con un platillo traer al presente amor, recuerdos y buenos momentos. No olviden las sabias palabras de Virginia Woolf “No se puede pensar bien, amar bien, dormir bien si no se ha comido bien” ,así que ……..A comer bien! Escríbenos dechilemoleyguacamole@hotmail.com

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